El caballo de raza árabe: Debe su reputación a su
inteligencia, carácter fuerte y resistencia sobresaliente. Con una
cabeza característica y la cola siempre en alto, el caballo árabe es una
de las razas de caballos mejor reconocidas en el mundo.
Es una de las razas de caballo
más antiguas, ya que hay evidencia arqueológica de hace 4.500 años de
caballos muy similares a los árabes modernos. En el transcurso de la
historia, los caballos árabes del Medio Oriente
se esparcieron por el mundo gracias al comercio y las guerras. También
fueron muy usados para mejorar otras razas al añadir velocidad,
refinamiento, resistencia y buena estructura ósea. Hoy día, las líneas
árabes se pueden encontrar en casi cada raza moderna de caballos para
montar.
Los caballos árabes se desarrollaron en un clima desértico y eran
valorados por los nómadas beduinos, quienes frecuentemente los alojaban
dentro de sus tiendas para cubrirlos y protegerlos.1
Esta relación cercana con los humanos creó una raza de caballo con
buena disposición, rápido para aprender, y dispuesto a complacer. Pero
el caballo árabe también desarrolló el carácter fuerte y el estado
alerta necesario en un caballo usado para los asaltos de las guerras.
Esta combinación de disposición y sensibilidad requiere que los dueños
modernos de árabes traten sus caballos con respeto y mucha habilidad.2
"El polifacético árabe" es el lema de la raza. Los árabes compiten
hoy en muchos campos de actividad ecuestres, lo que los hace una de las
10 razas de caballo más populares en el mundo. Los caballos árabes hoy
se pueden encontrar en todo el mundo, incluyendo Polonia, Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Australia, República Dominicana, Europa continental, Sudamérica (especialmente Brasil), y en su tierra de origen, el Medio Oriente.